Bristol Bar: fetichismo británico

Entras por la puerta... y...

Al sentarte, tu cuerpo se desliza sobre un suave  sillón de terciopelo rojo, tu acompañante se sienta frente a ti en una cómoda y fresca silla de piel. Mientras lees la carta levantas lentamente la mirada y observas tu reflejo en un espejo que cubre toda la pared. La luz que te envuelve es tenue, rojiza y tímidamente abraza un enorme candelabro que cuelga en el centro del salón... Probablemente esto no es lo que te viene a la mente cuando piensas tomar brunch un sábado a media mañana, ¡pero quizás sea precisamente lo que necesitas!

Fotos autorizadas por Bristol Bar

Espacio interior & decoración. "Un café negro y un látigo de cuero, por favor..."

En pleno barrio de Chueca en la calle Almirante, encontramos un pedacito de Inglaterra donde puedes beber un café con leche a media luz en un lounge dedicado a Winston Churchill.  No, los camareros no van vestidos de látex brindándote esposas de peluche a juego con tu media luna. El fetichismo de este lugar es mucho más elegante, reside en la textura del inmobiliario, en el color de las paredes, y en el uso de la iluminación. Todo, absolutamente todo, es negro, rojo y blanco. No existen otros colores en el prisma del Bristol Bar y esto funciona! Su decoración  tiene un extraño equilibrio, es lo suficientemente sobria para no ser vulgar y lo suficientemente sexy para no resultar sobria. Íntimo y abierto, abierto e íntimo...ya pillas la idea.

La carta: apta para dormilones.

La carta está bien surtida y se adapta a los más dormilones, ya que sirven desayunos hasta las 15h00!!. Cuentan con 6 opciones, desde el “Barcelona” con pan tumaca y jamón ibérico, el  “Paris” con cruasán y café con leche, y lo que no puede faltar en un lugar donde cuelga un cuadro con la biografía de Churchill:  el "English Breakfast" con café o té, salchichas, huevos, champiñones, bacón, baked beans y tomate.

A esas horas nos moríamos literalmente del hambre pero decidimos compartir el "Full Brunch" 100% bristish con café o té, zumo natural, bollería, cereales, tostada, yogur, fruta y el English Breakfast. Resulta costoso (24,50€) pero se puede compartir perfectamente entre dos y sobra. La comida estaba buena, sin pretensiones, ofreciendo un buen balance entre salado y dulce. En otras palabras ni espectacular, ni delicioso, pero sí agradablemente "straight foward" como dirían los ingleses.

El servicio: la joya de la corona.

Además de la decoración decadente, lo que más nos gustó del Bristol fue el servicio. Aunque solo tres personas atendian el local en hora pico, siempre estuvieron pendientes de nuestra mesa. Fueron rápidos y sobretodo amables, atentos y agradables, algo que se agradece en una ciudad de paso acelerado como Madrid.

Talón de Aquiles. 

En un restaurante con la decoración tan bien cuidada, la música es parte del conjunto de elementos que transmiten su ambiente, su sentir. En este caso, y en nuestra humilde opinión, la música pop muy alta desarmonizaba con el espacio y hasta parecia interrumpir nuestras conversaciones. Brioche dijo que se conformaba con que bajaran el volumen, yo en cambio voy más allá. Si pudiera, le pondría a este lugar música lounge y reforzaría el punto kitsch  con pedacitos de discursos de Winston Churchill, diciendo "Keep calm and carry on" y "God save the Queen" ;)

Conclusión: un lugar perfecto para...

Cuando quieras comida sencilla pero un ambiente suntuoso, cuando hayas pasado una noche muy alegre y necesites alimentar tu cuerpo resacado mientras te hundes en un sillón reconfortante a media luz.  La verdad, confieso que mientras me bebia el café solo pensaba en besos...este lugar es perfecto para desayunarte con un beso, o dos, o tres...

Bristol bar

Dirección: Calle Almirante 20, 28004 Madrid
Metro: Chueca, Cercanías: Madrid-Recoletos
Teléfono: 915 224 568
Horario: Abierto de lunes a sábado, de 10h a 01h. Los brunch se disfrutan sólo los sábados y bajo reserva.
Precios: Desayuno Paris: 2.20€, Huevos Benedictos: 10.50€, English Breakfast: 14.50€, Full Brunch: 24.50€.
Wi-fi: sí